Paola Ituarte
5 de enero. La población de Tepejillo se vistió de fiesta para festejar a sus patrones, los Santos Reyes, por eso desde el 3 de enero y hasta el día 7, cada noche el cielo se cubrirá de luces con los fuegos pirotécnicos y durante el día hay eventos para el entretenimiento popular.
Enclavado en el distrito de Juxtlahuaca, a unos 300 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, Santos Reyes Tepejillo es un lugar de tierra árida, aunque de clima frío y vientos constantes.
Su población es básicamente migrante, por lo que la mayor parte del año sus calles lucen semivacías, a excepción de los meses de diciembre y enero, pues es entonces cuando regresan los tepejanos a celebrar la navidad, año nuevo y la fiesta del pueblo.
La celebración patronal enmarca actividades como torneos de básquetbol, jaripeos, quemas de toros, una procesión y bailes populares.
En un desfile llamado también paseo o calenda, se ve bailar a los danzantes de Juxtlahuaca, como los Rubios o los Chareos y a un personaje improvisa versos y baila al son de la tambora.
Elemento festivos que no puede faltar en Tepejillo son el baile al ritmo de las chilenas, y la presencia de los famosos maromeros.
Para sustentar el gasto de tan festiva actividad, por más de 3 años un grupo de personas se organizan formando una cofradía encargada de trabajar para conseguir los recursos económicos.
En abril de 2006 el pueblo se llenó de indignación ante el robo de las coronas y otras joyas que ostentaban las imágenes de los 3 Reyes, sin embargo, no diminuyó la fe en los santos patronos, que una vez más congregaron a hermanos y amigos en torno a su feria anual.
El día 6 de enero la fiesta profana cobra un tinte diferente, los pobladores se reúnen en el templo principal para pedir a los Santos Reyes, sus patronos, salud, bienestar para sus familias, y protección en el viaje de retorno a Estados Unidos, a donde seguramente volverán pronto, y de donde esperan regresar al siguiente año.
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