15 de julio. La tarde de este martes la lideresa de la Confederación “Libertad” de Trabajadores de México, Guadalupe Díaz Pantoja, y su esposo fueron detenidos por la Policía Estatal y puestos a disposición de la Fiscalía General de la República, acusados del delito de portación de arma de fuego.
Casi de inmediato, integrantes de la organización, también conocida como Sindicato Libertad, bloquearon los principales cruceros de la ciudad de Oaxaca, así como la supercarretera Huajuapan-Tehuacán-Cuacnopalan y la federal 190 a la altura de Nochixtlán.
El modo de operar del Sindicato Libertad no es nuevo, pues en diversas ocasiones se ha visto inmiscuido en tomas de carreteras y edificios públicos, secuestro de unidades del transporte público y enfrentamientos armados con otras organizaciones, entre ellas la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), la organización 14 de junio y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), con saldo de varios heridos e incluso muertos.
A Guadalupe Díaz Pantoja no sólo se le ha responsabilizado de este tipo de acciones, sino también de actividades delictivas como extorsiones a comerciantes y transportistas, operaciones con recursos de procedencia ilícita y vínculos con grupos delictivos de la región del Istmo.
Cabe recordar que Guadalupe es hija de Eugenio Jesús Díaz Parada, “Don Chuy”, uno de los líderes del Cártel de Oaxaca, fundado por el tristemente célebre Pedro Díaz Parada, y que cinco de sus hermanos están presos acusados de narcotráfico y delincuencia organizada.
Ante los bloqueos realizados por los integrantes del Sindicato Libertad es inevitable recordar que en diciembre de 2020 la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión aprobó reformas a la Ley Federal de Vías Generales de Comunicación, a través de las cuales se establecieron multas de hasta 500 Unidades de Medida y Actualización (UMA) equivalentes hoy a 48 mil 110 pesos, y hasta siete años de cárcel a quienes tomen casetas de peaje o bloqueen carreteras. Dichas reformas se publicaron en el Diario Oficial de la Federación el 22 de febrero de este año y entraron en vigor al día siguiente, pero a casi cinco meses de distancia han sido solo letra muerta.
Los bloqueos de carreteras y la toma de casetas de las autopistas provocan pérdidas multimillonarias al erario público, a las empresas y a los ciudadanos, que son los verdaderos “paganos” y principales víctimas de grupos y organizaciones de todo tipo.
Los realizados esta semana por integrantes del Sindicato Libertad afectaron económicamente a las empresas que prestan el servicio de transporte púbico de Huajuapan de León y otras localidades de la Mixteca a la ciudad de Oaxaca, pero también a muchas personas que no pudieron viajar a la capital del estado para acudir a una cita médica o realizar un trámite, a quienes no pudieron regresar a esta región, y a los comerciantes cuyas mercancías se echaron a perder por no poder llegar a su destino.
En este, como en los casos anteriores, nada habrá de pasar porque las autoridades han demostrado una y otra vez que no están dispuestas a cumplir con su obligación de aplicar la ley, lo que ha envalentonado a quienes se dedican a violarla, haciendo de la industria del chantaje un negocio más que redituable.
Esto se veía venir. Desde que las reformas a la Ley Federal de Vías Generales de Comunicación fueron aprobadas y entraron en vigor se advirtió que de nada serviría establecer sanciones más severas si no existía la decisión de aplicarlas.
El tiempo parece habernos dado la razón, porque los bloqueos de carreteras y la toma de las casetas de las autopistas se siguen dando en todo el territorio nacional, a ciencia y paciencia de las autoridades.
Ante la falta de decisión y voluntad política para garantizar la vigencia del estado de derecho, ante la actitud complaciente y permisiva hacia las organizaciones, que han convertido a las autoridades en sus rehenes, vale la pena preguntarles, parafraseando el conocido anuncio publicitario: ¿Y la ley, apá?
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