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EDITORIAL. La educación en tiempos del Coronavirus

SRI-8

08 de mayo. La pandemia del COVID-19 no sólo ha provocado caos por el obligado resguardo domiciliario y la paralización de gran parte de la actividad económica; a esto se ha sumado un tercer tema que ha puesto de cabeza a muchos alumnos y padres de familia: el de la educación.

Derivado de las disposiciones emitidas por las autoridades del sector salud ante la contingencia, que incluyeron la suspensión de clases en todo el país, la Secretaría de Educación Pública (SEP), anunció a su vez una serie de acciones y medidas orientadas a que los alumnos de todos los niveles pudieran continuar sus actividades de manera remota.

Esta nueva dinámica de trabajo permitió que saliera a la luz toda una cadena de rezagos y deficiencias en el sistema educativo nacional, que datan de varias décadas atrás. Una de las más notorias fue que México es uno de los países que aún no está preparado para hacer frente a los requerimientos que la contingencia nos impone en diversos campos, entre ellos el de la educación.

El coronavirus provocó, entre muchas otras cosas, que la educación del futuro se adelantara, pero esta nueva realidad nos mostró claramente que nuestro país, y sobre todo algunas entidades como Oaxaca, estamos a años luz de los nuevos retos, principalmente en lo que a la tecnología se refiere.

La dinámica de trabajo impuesta por la contingencia nos mostró nuestra triste realidad: muchas localidades del estado de Oaxaca no cuentan con servicio de internet, y la inmensa mayoría tampoco reciben la señal de los canales de televisión por los que se transmiten las clases a distancia; es más, incluso hay hogares que no cuentan siquiera con televisión.

Y no hablamos solo de las comunidades rurales dispersas en la agreste orografía del estado de Oaxaca, sino también de las ciudades, donde existen familias cuyos ingresos no les permiten contar con servicio de internet.

No está por demás decir que en Huajuapan de León, una de las principales ciudades del estado de Oaxaca, no se recibe la señal del canal de la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión, por el que se transmiten las clases a distancia.

Ese es el "pequeño detalle" que olvidó la Secretaría de Educación Pública: entender la orografía, la situación económica y brecha tecnológica que existe en las regiones del estado de Oaxaca. Un problema adicional derivado de esta situación es que la sobredemanda del ya de por sí deficiente servicio de internet ha rebasado con mucho la capacidad técnica de los proveedores del mismo, lo que se traduce en una mayor lentitud y constantes fallas.

A pesar de este panorama, el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, mantiene vigente el anuncio de que las clases se reanudarán el 17 de mayo, es decir dentro de poco más de una semana en los municipios donde no se han registrado casos de coronavirus, y el primero de junio en el resto del país, lo que antoja muy difícil, dada la manera en que la propagación de la enfermedad ha evolucionado en México.

Toda esta situación, aunada a que la gran mayoría de los maestros, no solo de Oaxaca sino del resto del país, carecen de la capacitación necesaria para trabajar bajo este esquema, ha traído como consecuencia que la educación a distancia esté resultando un verdadero caos.

Es más, no son pocos los maestros que ni siquiera saben utilizar de manera eficiente una computadora, ya no se diga las plataformas utilizadas para este nuevo sistema de trabajo.

En muchos de los casos -tal vez la mayoría- la labor de los maestros se ha limitado a dejar tareas, muchas veces excesivas, y en no pocas ocasiones poco razonables, pues para cumplir con ellas los alumnos tienen que recurrir a herramientas tecnológicas con las que no cuentan, o utilizar materiales con los que tampoco cuentan, debido a la contingencia.

En honor a la justicia los maestros que no recibieron la capacitación necesaria para trabajar bajo el esquema que la pandemia nos ha impuesto, son tal vez los menos culpables de esta situación.

Lo que es un hecho es que la contingencia nos ha mostrado de la manera más cruel la realidad de rezago, deficiencias, inequidades, en muchos casos derivadas de una corrupción de varias décadas, tanto en las instancias oficiales como en los liderazgos sindicales, que en muchos aspectos se viven en el país, en la entidad y de manera especial en la región Mixteca. La pandemia ha puesto el dedo en la llaga.

Referente al regreso a clases hay que hacer una autoevaluación objetiva al considerar en cuanto a la calidad del aprendizaje si realmente este ciclo escolar reúne los requisitos básicos para darlo como válido o bien se tendrá que prolongar aún más tiempo para llevarlo a buen fin o en caso extremo repetirlo, situación realmente muy difícil de dar por todas las consecuencias que conlleva.

El otro enfoque y quizá el más importante aún es el de la salud de los niños, puesto que si el regreso a clases se da en junio si tomamos en cuenta las informaciones oficiales el nivel de contagio todavía será alto y lo podemos deducir de la comparación con otros países en que la pandemia inició dos meses antes y apenas se preparan para el regreso a clases dado que las escuelas serán un gran foco de infección que afectará no solo la salud de los niños, sino también la de familiares, corriendo el riesgo que se dé un rebrote lo que traería como consecuencia repetir la historia de cuarentena con todas sus implicaciones incluida la crisis económica, y todo ello bajo un panorama todavía más adverso al de la presente cuarentena.

Por lo anterior la fecha de regreso a clases debe ser de vital importancia para la recuperación del país y de prolongarse este regreso todos deberemos hacer nuestro máximo esfuerzo para regresar a la normalidad. 

Nadie podría haber sabido lo que nuestro país y el mundo entero viviría en los últimos meses; la nueva realidad tomó por sorpresa a todos. 

No podemos retroceder en el tiempo, pero lo que sí podemos hacer es aprender de la experiencia, aceptar nuestras limitaciones y fallas en todos los campos, entre ellos el educativo, y volver urgentemente la mirada a este tema que es fundamental para el país: la educación y salud de millones de niños y jóvenes.

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