04 de octubre. La imprenta moderna la inventó a mediados del siglo XIV el alemán Johann Gutenberg; aunque desde 400 años antes de Cristo los romanos ya utilizaban moldes de arcilla, y en el siglo XI los chinos utilizaban piezas de porcelana para hacer reproducciones.
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De acuerdo con datos históricos, la primera imprenta llegó a Huajuapan en 1890.
A pesar de la modernización y del auge de las nuevas tecnologías, la imprenta tipográfica se niega a morir.
Hilario de Jesús Ramírez, propietario de la imprenta “La Guadalupana”, dio a conocer que la primera imprenta llegó a esta ciudad en el año de 1890, con dos máquinas, las cuales fueron propiedad del sacerdote Guadalupe Velasco, por lo que en un primer momento se llamó “Imprenta Velasco”.
En ese lugar, Ricardo Carrizosa Ramírez, a quien Hilario de Jesús respetaba como papá, aprendió el oficio.
Los trabajos realizados en la imprenta “Velasco” fueron de gran importancia en su momento, hasta 1954 año en que falleció el padre Guadalupe Velasco. Fue entonces cuando Ricardo Carrizosa dio continuidad a ese oficio a través de su propia imprenta, a la que dio el nombre de “La Guadalupana”, en honor al padre Velasco y a la Virgen de Guadalupe.
Hilario comentó que desde 1954 hasta 1970 la imprenta estuvo ubicada atrás de la Catedral, en la casa de doña María Mendiola. En 1970 ya con un espacio propio, Carrizosa Ramírez la trasladó a la calle de Colón, donde funcionó hasta el año 2010.
Tras el fallecimiento de don Ricardo Carrizosa, en el año 2004, Hilario de Jesús Ramírez se hizo cargo de la imprenta y en el año 2010 la trasladó a la calle de Juárez, donde permanece hasta la fecha.
Dijo que en su momento trabajar en la imprenta era uno de los oficios más importantes en nuestra región.
“En su momento la imprenta en Huajuapan fue la primera, tuvo una importancia grande en aquel tiempo, pues la necesidad del comercio, las escuelas. Era la imprenta que abarcaba casi la región Mixteca, porque venía gente de la zona de Acatlán de Osorio, Puebla; de Putla, Juxtlahuaca, Silacayoapan, Tlaxiaco, de Nochixtlán; era la región que tenía ese alcance”, dijo.
De Jesús Ramírez manifestó que el trabajo artesanal realizado en las imprentas es único, pues aún conservan las galeras y trabajan con los componentes, letras para integrar los formatos tipográficos que se utilizan en la elaboración de tarjetas de presentación, invitaciones y otro tipo de trabajos.
“La imprenta tipográfica, cuando nosotros oímos hablar de quién fue el inventor de la imprenta hablamos de Johann Gutenberg, en una dinámica, en un proceso de trabajo de tipo suelto, letra por letra y eso es lo que manejamos nosotros. Esta imprenta todavía la manejamos; las otras imprentas manejan el sistema Offset, un sistema en la computadora, quemar una lámina, imprimir en el sistema Offset que no requiere ese tipo de impresión; nosotros todavía estamos trabajando el sistema tipográfico, que es letra por letra”, sentenció.
De Jesús Ramírez expresó que si bien la imprenta jugó un papel importante en nuestro país en los siglos XIX y XX, a partir de 2004 y en 2006 ese sector sufrió las consecuencias de la reforma fiscal, trayendo como consecuencia el cierre de muchas pequeñas y medianas empresas; en otras más, la reducción de personal, como fue el caso de “La Guadalupana”, al pasar de diez a cuatro trabajadores únicamente.
“A nivel nacional, lo que es una imprenta tipográfica hay dos en Oaxaca; nos pegó fuerte y repercutió muy fuerte a nivel nacional con el cambio de la reforma fiscal. Anteriormente teníamos, si no el control total, una gran parte de contadores que siempre nos favorecieron apoyándonos con la factura, la notita; vino la reforma fiscal en el 2004, en el 2006, prácticamente se agudizó y con la factura electrónica pues nos vinieron a dar en la torre”, comentó.
Sin embargo, De Jesús Ramírez, comentó que pese a las adversidades, quienes tienen “amor al arte” decidieron continuar para seguir brindando su servicio a quienes así lo soliciten, logrando enfrentar la crisis con el único fin de mantener una tradición, así como empleos a favor de la Mixteca.
“Pero tratamos de ir manteniéndonos, tratando de hacer la parte importante que no quiero que se pierda, que es la imprenta tipográfica; pero también acomodándonos a lo nuevo como es la tecnología. Dentro de lo nuevo está la impresión digital, un poco más con el sistema de impresión, tratamos de ir manteniéndonos ahí”, dijo.
Expresó que si bien la tecnología ha desplazado o marginado a diferentes sectores, en el caso de la imprenta difícilmente será una competencia, ya que el trabajo artesanal sigue siendo la base para muchos negocios y para el sector estudiantil, quienes acuden a ese lugar para empastar sus trabajos, y para las autoridades de los tres niveles de gobierno, para la realización de sellos oficiales.
Dijo que es necesario conservar los oficios en Huajuapan y en el país, ya que son parte esencial de cada lugar, y ayudan a diferentes sectores a realizar su trabajo.
Expresó que en el caso de la imprenta “La Guadalupana”, quienes trabajaron en su momento en ese lugar hoy ya tienen su propio negocio después de años de esfuerzo y compromiso con la sociedad, ya que las imprentas se niegan a morir pese a las adversidades existentes.
“Se niegan a morir mientras exista tipógrafos, porque es el arte de la tipografía; en la computadora tenemos un teclado y lo vas diseñando en la pantalla; aquí nosotros tenemos unas cajas, y cada caja es como si fuera un teclado; en ese orden va a levantarse letra por letra, se hace un formato y se mete a la máquina. Cuando no exista ese tipo de gente que realice ese trabajo pues la imprenta se acaba”, sentenció.
El propietario de la imprenta “Libra”, Guadalupe Vicente Payán, expresó que él inició a muy corta edad el acercamiento con las imprentas, aprendiendo ese oficio en la imprenta “La Guadalupana”, en 1958. Tras años de trabajo decidió irse a la Ciudad de México, donde adquirió sus propias máquinas, y en 1975 decidió instalar su imprenta en Huajuapan, donde trabaja hasta la fecha.
Dijo que la imprenta tuvo una gran importancia para todos, pero en especial para los contadores y las autoridades municipales, quienes ordenaban sus trabajos como facturas, notas de remisión, Bando de Policía y Buen Gobierno, boletos para otorgar diferentes servicios, entre otros formatos.
“La imprenta es una tipografía de una impresión directa de tipo a papel. Se llama tipografía porque tiene diferentes tipos de letras de, seis puntos hasta 24 o 36 puntos, por medio de cuadratines la medida, las guillotinas que eran manuales y ahora automáticas; fue un gran auge para Huajuapan porque no cualquiera tenía esas imprentas. Yo aprendí en “La Guadalupana”, de chavo, con una máquina de pedal alemana”, dijo.
Vicente Payán expresó que las computadoras, pero en especial la reforma fiscal casi acabaron con las imprentas.
Comentó que en su momento un ciento de facturas con su copia la daban a 350 pesos, y con la facturación electrónica, quienes obtienen beneficios son otros sectores, dejando como resultado el cierre de talleres y pequeños negocios dedicados a la impresión.
“Lo que es la imprenta ya lo desplazaron todo; pero habemos gente que le tenemos amor a la verdadera tipografía, a la verdadera imprenta; entonces conservamos nuestras cajitas, nuestros trabajos”, comentó.
Pese a las adversidades, Vicente Payan, mencionó que continúan conservando la esencia de la imprenta, actualizándose con las nuevas tecnologías para subsistir aún en el mercado, y con ello generar ingresos económicos para su familia.
“La tecnología hay un avance; ya no se utiliza de tipografía; lo que viene ahora se baja por internet y se trabaja todo; ya nada más se hacen formatos; inclusive nosotros utilizamos las láminas, negativos ya no; ahora ya son de la computadora a lámina directa para las máquinas”, comentó.
Vicente Guadalupe Payán como Hilario de Jesús Ramírez coinciden en que los trabajos realizados a través de una imprenta son obras de arte que se niegan a morir; y a pesar de que son desplazados por las nuevas tecnologías, ellos no van a dejar ese oficio que ha dado empleo a muchas personas y familias; pero lo más importante, les ha hecho verdaderos artistas que en cada trabajo plasman mucho más que letras e imágenes: dejan en cada impresión su creatividad y su cariño hacia un oficio que a pesar de haber sido alcanzado y sufrir los embates de los avances tecnológicos, se niega a morir: el oficio de impresor.
-Gerardo Cruz
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