El primero en usar esta expresión fue el matemático y Físico Francés Arquímedes, quien estableció el principio que dice: “Todo cuerpo sumergido en un fluido pierde una parte de su peso igual a la del volumen del fluido que desaloja”.
Este principio lo descubrió un día mientras se bañaba y salió desnudo a la calle gritando ¡Eureka! (¡Lo encontré!).