A lo largo de la historia, el hombre ha envidiado la capacidad de los pájaros para volar, al punto de crear maquinarias y artefactos que nos permiten sentir ese poder. Pero también hay una actividad que ha llamado la atención del hombre por muchos años: La levitación, pero ¿cuál es la diferencia entre ambas?.
El vuelo se desarrolla mediante factores naturales: la estructura anatómica de ciertas aves, las leyes de la física aplicadas a la tecnología que permiten elevar un avión, el comportamiento del helio que llena un globo y lo hace ascender en el cielo, entre otras.
La gran diferencia de la levitación es que ésta es la elevación por medios sobrenaturales que desafían las leyes de la gravedad.
Muchas corrientes espirituales bien establecidas (como el cristianismo), y otras más bien espurias (como el chamanismo) sostienen que es posible gracias al poder del pensamiento, a una intensa concentración mental o al llamado estado de trance.
Algunos episodios son espontáneos y otros parecen responder a un control consciente; pueden durar unos segundos o hasta horas enteras.
Entre los reportes más famosos de casos así están los de Simón El Mago, José de Cupertinio y Teresa de Ávila.